"Adiós a ellas", por Inmaculada Martínez Casasús.

Siempre me había gustado entrar allí. la barra entrando a la derecha. A medida que avanzabas en el espacio aparecían las diversas estancias. Con mesitas, sillas, sofás y sillones de variados estilos.
Pasábamos muchas horas sentadas (solíamos ir solo las chicas de mi grupo). Nos dejaban apurar y más que apurar la consumición.
Aquel día quedé con ellas dos, bueno más bien ellas que eran dos hermanas amigas mías quedaron conmigo.
Fue una encerrona, querían sonsacarme sobre que chico de entre dos me gustaba y que si me declaraba a cual escogería.
La música sonaba, la conversación se terminaba y la amistad también.
No me dieron tiempo, me atosigaban, yo me dolía de su falta de respeto. Yo no me enteraba de sus triquiñuelas, se inventaban sus historias.
Quería irme, me estorbaban, solo querían oírse ellas.
Creo que salí sola de allí. Ellas quedaron atrás para siempre.
El bar callado, me prestó un sombrero al salir, para que llegara acompañada a mi casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario